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Hablar de experiencia de empleado no solo es hablar de bienestar en el trabajo

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Algo que es muy habitual cuando queremos investigar un poco acerca de las tendencias en experiencia de empleado, es encontrarnos con blogs y portales cargados de artículos que citan y describen múltiples y variadas medidas enfocadas a mejorar el bienestar de los trabajadores: servicio de fisioterapia, la semana de la salud, un área de descanso al aire libre, escapadas de fin de semana pagadas por la empresa…

Y así, cientos y cientos de iniciativas cada vez más originales e innovadoras que más que mejorar la experiencia de los empleados, provocan el interés y expectación de los que todavía no lo son.

Y no nos engañemos, este artículo no se trata de desmerecer todas estas acciones tan bien valoradas socialmente, sino simplemente de advertir que, con todo ello, no estamos hablando de experiencia de empleado, si no de una pequeña parte del constructo, llamémoslo bienestar en el trabajo, empresa saludable, o felicidad laboral…

La experiencia de empleado está presente mucho antes. Por supuesto, no está exenta de contemplar cualquier iniciativa rompedora dirigida a mejorar la comodidad del empleado. Pero no olvidemos que la experiencia prioritaria para cualquier persona que trabaje en cualquier empresa no se centra en los 15 o 20 minutos de descanso, si no en las 8 horas al día de las que dispone para realizar las tareas asignadas a su puesto de trabajo.

Por nuestra experiencia trabajando con equipos pertenecientes a empresas de todo tipo, hemos identificado tres elementos que son clave cuando hablamos de la experiencia de los empleados, y que determinarán, sin duda, el grado de motivación con el que cada día cualquier persona se incorpore a su puesto de trabajo:

Las relaciones. Prácticamente cualquier puesto implica que tengamos que comunicarnos o relacionarnos con otras personas que ocupa algún cargo en la empresa, sea este un jefe, un colaborador o un compañero de equipo. En este sentido, la comunicación y el feeling que se establezca con cualquiera de estas personas van a suponer un gran porcentaje del nivel de motivación y satisfacción con el trabajo. Esto se puede resumir en crear una buena comunidad de colaboración y apoyo. Un entorno laboral de confianza y apertura beneficia sin duda a la predisposición de cualquier persona para desempeñar sus funciones de una forma tranquila, eficaz, y, sobre todo, proactiva. Lo cual es esencial para este entorno de necesidad continua de innovación.

Las herramientas de trabajo. Al igual que necesitamos generar una relación fluida con nuestros compañeros, también necesitamos la misma fluidez con las herramientas que manejamos.  Una persona que diariamente tiene que enfrentarse a incidencias constantes o está sometida a procesos lentos y farragosos para conseguir pequeños avances en su día a día, difícilmente hará su trabajo motivada, además de suponer un alto coste para la empresa. Invertir en agilizar los procesos y desechar tareas improductivas siempre va a ser un acierto.

El refuerzo positivo. Son muchos los estudios que afirman que la motivación del empleado está directamente relacionada con el reconocimiento y la valoración positiva. Los empleados bien valorados rinden más, tienen más y mejores ideas, y ello hace que mejore la productividad de la empresa. Pero debemos tener en cuenta algo muy importante: el feedback al equipo es positivo y necesario, pero todavía lo es más el refuerzo individual. Felicita a tus colaboradores de forma personal y específica cuando hagan un buen trabajo, y si puede ser públicamente, mejor que mejor.

Lo que queremos transmitir con este artículo es que no estamos mejorando la experiencia de los empleados por el hecho de destinar esfuerzos y recursos a implantar medidas complementarias de ocio y confortabilidad… Esto supone solo una parte del proceso.

Hacerlo sin tener en cuenta antes otras cuestiones, podría incluso provocar el efecto contrario al que esperamos. Los empleados podrían interpretar que la empresa se preocupa únicamente por transmitir una imagen al exterior de empresa saludable con el fin de posicionar su marca, que para nada se corresponde con la realidad que viven los empleados en su día a día.

La verdadera experiencia es la que va acumulando el empleado cuando hace su trabajo. Esta, por si misma, puede ser excelente, al margen de disfrutar de medidas de bienestar laboral. Por ello, antes de tomar esta decisión, es muy importante que valoremos si nuestros colaboradores se sienten cómodos y alineados con su equipo, si disponen de las herramientas y de las facilidades necesarias para cumplir con sus tareas y ser lo más productivos posibles, y si están recibiendo el reconocimiento que se merecen cuando lo hacen bien. A partir de ahí, cualquier iniciativa va a suponer un plus que tendrá, sin duda, muy buena acogida internamente, y además actuará como un fuerte elemento de atracción de talento externo. Con buenos procesos, y relaciones basadas en la confianza y el reconocimiento, la satisfacción de cualquier empleado puede ser máxima.

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